Dentro de la opaca burbuja que era mi vida,
llena de barreras, escudos y fortalezas
que resguardaban un alma mal herida.
Donde el dolor llevo casi al olvido
la suave llovizna de un sueño
y la razón mantenía mi fe.
Hasta allí penetro una esperanza
que camuflada en la soledad
como un criptograma del alma,
revelaba poco a poco un camino
para volver a creer.
Un camino de sueños e ilusiones,
pero no por eso era imaginario.
Porque existía, era tangible en el corazón
porque existía realmente un vinculo
que borraba cualquier distancia
y que podíamos ver cada noche.
Yo quería miles de estrellas;
ella dijo la luna,
" porque estrellas existen muchas,
pero luna solo una"
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